El cordón umbilical es un conducto flexible formado por dos arterias y una vena envueltas por una sustancia gelatinosa, que une la placenta con el ombligo del bebé, el cordón umbilical mide alrededor de 50 cm y su función principal es el intercambio de oxígeno, y sustancias nutritivas entre la mamá y su bebé.
Cuando la madre da a luz a su bebé, ya sea parto natural o cesárea, el médico pinza inmediatamente el cordón umbilical obligando al recién nacido a respirar por sí solo. El proceso dura sólo unos segundo, pero es un tema de profundo debate entre los médicos, por el impacto que esto puede provocar en el recién nacido.
El pinzamiento y corte precoz del cordón umbilical es el que se realiza, generalmente antes de el primer minuto de vida después del nacimiento. El corte tardío del cordón umbilical es el que se realiza después del primer minuto del nacimiento o cuando esté haya dejado de latir.
La OMS recomienda cortar el cordón umbilical entre 1-3 minutos después del nacimiento o cuando esté haya dejado de latir. Según las investigaciones durante el primer minuto después de nacer pasan 80 ml de sangre de la madre al recién nacido, llegando a ser más 100 ml cuando han pasado 3 minutos.
Este volumen extra hacen que los 75 mg de hierro por kilo de peso con el que nace un bebé pase a tener unos 115-125 mg/kg. Este aumento es una maravillosa herramienta para prevenir la anemia en sus primeros 12 meses de vida.
Los beneficios de un pinzamiento tardío del cordón umbilical en los recién nacidos es que aumenta las reservas de hierro y disminuye el riesgo de hemorragia intraventricular. Los estudios realizados muestran una reducción del 59% en la tasa de hemorragia intraventricular en los lactantes prematuros.
No se recomienda el corte del cordón umbilical antes del primer minuto de vida, a menos que el recién nacido sufra hipoxia (falta de oxígeno en el cerebro del bebé) y deba ser trasladado de inmediato para su reanimación.