Hola mamitas! siempre he compartido las historias de muchas de ustedes, y ayer mientras escribía una de las historias que recibimos cada día me puse a pensar que nunca he compartido la mía con ustedes, y hoy lo haré.
Soy mamá de dos hermosos niños, ellos son todo para mi, y haría cualquier cosa por ellos. Mi primer embarazo fue muy tranquilo, a excepción de los 2 primeros meses que todo lo que comía lo vomitaba (hasta el agua).
A las 16 semanas supe que tendría un pequeño príncipe, yo estaba feliz y mi esposo aún más (porque el quería un niño). Desde que supe el sexo de mi bebé comencé a comprar sus cositas, todas las semanas llegaba con algo nuevo para él (ustedes seguro me entienden) cuando vamos a la tienda todo lo queremos para ellos.
Pues el tiempo seguía avanzando y a los 8 meses ya tenía todo listo para su llegada, su habitación de color azul cielo, con bordes de trencitos, tenía su bolso, la cámara, y todo lo que iba a necesitar listo.
Durante los primeros meses de mi embarazo me atendía con mi ginecólogo de toda la vida, pero como no tenía seguro médico tuve que cambiar porque el parto me salía demasiado costoso. Así que cambie con una doctora que una amiga me había recomendado, en una clínica más económica.
La atención de la doctora no me gustaba tanto como la de mi doctor, pero ahí me quede. Todos los meses los análisis salían normales, a finales del embarazo yo notaba que estaba subiendo demasiada libras (hasta 12 libras por semanas), también tenía los pies demasiado hinchados, la doctora nunca me reclamo nada acerca de porque estaba aumentando tantas libras, tampoco me dijo que podía ser peligroso (yo nunca pensé que algo malo podía suceder), pues era mi primer embarazo.
Un día a finales de mi embarazo estoy limpiando mi casa, para tener todo limpio y organizado para el día del nacimiento, justamente terminando de limpiar la terraza, siento como un líquido baja por mis piernas (mi primer pensamiento fue: me orine en los pantalones), llame a mi madre por teléfono y le dije lo que me había pasado y ella me dijo que había roto fuente.
Que me preparará para que me fuera a la clínica, y que llamará a mi tía para que me acompañará, ya que ella estaba fuera de la ciudad ese día, y mi esposo vivía en otro país. Pues nada, me doy una ducha, cojo el bolso y todo lo que iba a necesitar en la clínica, llamamos el taxi y nos vamos.
Llegamos a la clínica y entramos por la sala de emergencias, ahí me reciben y me sientan en una camilla, (no sé cuantas veces me cambiaron el movible de tanto líquido amniótico que estaba perdiendo). La doctora va y me revisa, y apenas tengo un centímetro y medio de dilatación (y nada de dolor), luego pasaron 6 horas y no dilataba, la doctora me dijo me iba a realizar una cesárea, me prepararon y a las 5:10 de la tarde nació mi bebé, lloré de felicidad al escuchar su llanto, nació pesando 7 libras y media y con una medida de 50 cm.
Al día siguiente me paran para caminar y como a las 6: 30 pm me dan el alta, llegamos a casa y todo muy bien, al 4to día después del nacimiento tengo un dolor de cabeza insoportable y mucha sensibilidad a la luz, pensaba que la vena de la sien se me iba a reventar.
Llame a la doctora y le expliqué lo que me estaba pasando, ella me dijo que no era normal que fuera por emergencia, así lo hice, el doctor de turno me revisa y tenía la presión arterial muy alta, me la controlan y me mandan a casa.
Llegamos a la casa como a las 11 pm y me acuesto a descansar, al otro día amanezco igual, con mucho dolor de cabeza, y vuelvo a ir por emergencia: me hacen análisis de sangre, examen del corazón y muchísimas cosas y todo sale normal, vuelven a mandarme a casa.
Era la hora del almuerzo cuando llegamos, comí algo y después me voy a la habitación a darle el seno al bebé, y después de ahí no supe más de mi.
Después de un rato mi madre va a la habitación y me encuentra tirada en el piso, al bebé lo encuentra tirado en el piso con una sábana por encima, me hacen preguntas y yo no sé contestarlas era como que mi cuerpo estaba ahí, pero mi mente estaba en blanco (todas las preguntas que me hacían yo decía “no sé”). Eso es lo que me dijo mi madre, porque yo no recuerdo nada de eso.
Inmediatamente mi mamá revisa al bebé para asegurarse que no tenga ningún golpe (gracias a Dios estaba bien), y me manda por emergencia con mi papá, y llama a mi esposo (que como dije antes, vivía en otro país, y le comenta lo que estaba pasando.
Llegando a la sala de emergencia comencé a convulsionar (ya había convulsionado una vez en la casa), por eso no sabía nada de mi, en fin! convulsione 3 veces en total. Cuando por fin controlan las convulsiones, empiezan hacerme preguntas:
- ¿Cómo te sientes? No sé.
- ¿Cómo te llamas? No sé.
- Me dicen ¿Tu sabes que tuviste un bebé, verdad? y yo le contesto con una pregunta ¿Yo estaba embarazada?
- Me dicen si: ¿tu no te acuerdas? yo digo: ¿y dónde está el bebé? ¿Por qué no está aquí conmigo?
En pocas palabras mi mente estaba completamente en blanco, yo había olvidado todo. Las convulsiones me afectaron mucho, después de algunas horas empecé a recordar.
Me ingresaron y me estuvieron medicando para controlar la presión. (los dolores constante de cabeza, se debía a eso), lo que me pasó fue negligencia médica.
Estuve ingresada como una semana, después que ya no presentaba ningún peligro me dieron el alta a casa. La recuperación fue horrible:
- No podía sostenerme por mi misma.
- No podía cargar al bebé parada (ya que ni siquiera tenía fuerzas para sostenerme yo misma), siempre lo cargaba en la cama.
- Para ir a usar el baño alguien tenía que llevarme porque yo no podía hacerlo yo misma, me tenía que bañar sentada y todo era sentada, porque no tenía fuerzas.
Lo que tuve fue una eclampsia (es preeclamsia, pero grave), porque convulsiones varias veces. Estoy viva para contarlo, tengo una amiga que tuvo preeclampsia y murió.
Con mi segundo embarazo tenía mucho miedo, y no todo fue color rosa, le contaré la historia más adelante.
Con mi historia quiero que aprendan de la importancia de no dejar pasar el más mínimo síntoma (en mi caso fue negligencia médica, porque fui al médico dos veces y siempre me mandaban para la casa).
Lean mamitas, infórmense de todo, por esa razón me gusta compartir con ustedes las historias de otras madres, porque nos ayudan bastante.