El reflejo de Moro es una de las cosas que más nos llama la atención de nuestros bebés, especialmente si se trata de padre primerizos. En muchas ocasiones creo que como madre nos asustamos más cuando vemos esos súbitos sobresaltos cuando nuestros pequeños abren los brazos y que quedan rígidos.
Sin embargo, es algo que se considera normal en los bebés y por lo regular desaparece entre los 4 o 5 meses de edad.
La enfermera o pediatra que reciba a su bebé en el parto verificará este reflejo cuando le realicen el test de Apgar minutos después del nacimiento y durante sus citas médicas.
Para poder observar este reflejo, se acuesta el bebé boca arriba en una superficie suave; se levanta la cabeza del bebé suavemente con suficiente soporte para simplemente empezar a quitar el peso corporal de la superficie.
Después se levanta la cabeza del bebé de forma súbita, se deja caer hacia atrás momentáneamente, pero se sostiene de nuevo con rapidez (no se puede dejar golpear en la superficie acolchada).
Si su bebé reacciona como con una mirada de miedo, abre los brazos de forma rígida hacia los lados con las palmas hacia arriba y los pulgares flexionados, es un resultado normal. Su pequeño podría llorar por unos segundos. Luego que el reflejo termina, el bebé vuelve a tomar su posición normal y se relaja.
¿Qué pasa si mi bebé no tienen ese reflejo?
No es normal que su bebé no tenga este reflejo:
- La ausencia del reflejo de Moro en los dos lados significa un daño en la médula espinal o el cerebro.
- Si la ausencia se presenta en un solo lado existe la posibilidad de una clavícula fracturada o daño del grupo de nervios que va desde la parte inferior del cuello y el área superior del hombro.
La presencia de reflejo de Moro en un bebé mayor (6, 7 y 8 meses), en niños, en adolescentes o en adultos es completamente anormal.
¿Cuándo sucede?
Por lo regular esta reacción instintiva aparece cuando el bebé percibe inseguridad o cuando sufre un cambio brusco de posición.
También podrían experimentarlo ante un sonido inesperado o cuando notan que están cayendo de espaldas, incluso con su propio estornudo pueden reaccionar con el efecto de Moro.
Pero como dijimos al principio es algo normal, cada vez que tu bebé lo experimente trata de calmarlo. No lo cargues de inmediato, acarícialo y háblale y deja que poco a poco integre su postura normal y se relaje. Esto lo ayudará a comprender que no hay peligro, que tu estás ahi para cuidarlo y protegerlo.