Los meses pasan muy rápido y el momento esperado para conocer a tu bebé se acerca. Las mujeres embarazadas, principalmente las primerizas, tienen muchas dudas acerca del parto y generalmente se preguntan cuál es la mejor forma de traer a su bebé al mundo.
Dar a luz genera mucha ansiedad en las futuras madres, especialmente si sienten temor por el parto o no saben elegir la mejor opción para la salud del bebé y de ella misma.
Antes del gran día debes informarte acerca de las posibilidades que tienes. Evaluar con tiempo las opciones que vas a tener en el momento del parto y elegir la forma más indicada de traer al bebé al mundo te va a dar una sensación de tranquilidad, por lo que con tiempo decidirás cuál de todas las posibilidades de parto se adaptan mejor a tus necesidades o a tu estilo de vida.
Debes estar consciente de que pueden presentarse complicaciones imprevistas previas al parto o a la hora del nacimiento, por lo que tus planes pueden cambiar a última hora. Pero lo importante es que siempre tengas presente que aunque no puedas tener el tipo de parto que planeaste, lo más importante es tu salud y la de tu bebé.
Actualmente existen diversos tipos de partos, los más comunes son los siguientes:
Parto normal: Cuando hablamos de parto normal nos referimos al parto vía vaginal, por el cual el bebé nace después de un proceso de contracciones y dilataciones que llevan a la madre a la expulsión del bebé.
El parto normal puede ser atendido por el personal médico y realizado en la clínica que usted haya elegido o el hospital que le hayan asignado. También puede ser en otro lugar que prefiera la madre. Si usted tiene un parto normal tiene la opción de pedirle medicamentos a su médico para aliviar los dolores del trabajo de parto, usted por ejemplo puede pedir la inyección epidural.
Parto natural: Los procedimientos del parto natural son los mismo que los del parto normal, el nacimiento es a través de la vagina, la diferencia es que en el parto normal usted tiene la opción de pedir fármacos para aliviar el dolor, pero en el procedimiento del parto natural no se utiliza ningún tipo de medicamentos o monitoreo, lo que significa que la intervención medica es muy mínima o nula.
Las madres que eligen este tipo de parto dicen que dar a luz es un proceso natural, como comer o dormir, por lo que las madres están preparadas de forma intuitiva.
Parto en agua: El parto en agua ha venido cobrando mucho auge en los últimos años y de hecho ya algunos hospitales y centros de salud tienen bañeras especiales para el parto en el caso de que las madres quieran tomar esta opción.
Las ventajas de este tipo de parto natural están en la disminución del dolor y una mayor comodidad durante el trabajo de parto, además las madres que han elegido este tipo de parto señalan que el ambiente es idóneo para los bebés recién nacidos que pasan a estar en un entorno muy similar luego de salir de la pancita de mamá, por lo que el nacimiento es menos traumático para los bebés.
Sin embargo, los detractores del parto en agua señalan que puede causar mayores infecciones y en algunos casos específicos, en los que el bebé tenga alguna condición que lo haga aspirar inmediatamente, puede generar asfixia.
¿Pero cómo puede un bebé ahogarse o asfixiarse, si al nacer no respira?
Esto mismo me preguntaba yo al leer un estudio. Los bebés al nacer no respiran, no jadean y no tienen aún el reflejo de inmersión. Están recibiendo el oxígeno por la placenta a través del cordón umbilical y por eso no pueden ahogarse.
Sin embargo, si un bebé tiene alguna dificultad al nacer, el reflejo de inmersión puede estar presente, produciéndole algún jadeo o aspiración de lo que rodee al bebé.
Esto podría dar explicación a los casos descritos de bebés que han sufrido dificultad respiratoria grave tras nacer en agua, o los casos de ahogamientos o casi ahogamientos.
Parto Leboyer: Es también conocido como parto sin violencia. En este tipo de parto se toma, en cuenta el ambiente donde va a nacer el bebé, que sea un ambiente agradable de forma que el paso del vientre materno al exterior sea lo menos traumático posible.
En este tipo de parto se adapta la luz del lugar y la temperatura para recibir al bebé. Los defensores de este tipo de parto aseguran que en los centros de salud las luces son demasiado luminosas y la temperatura muy baja para que un bebé nazca.
En el parto leboyer se da luz a una habitación apacible, con una iluminación baja o casi oscura. Además se recomienda no ejercer presión sobre la cabeza del bebé a fin de que el mismo pueda salir de la manera más natural posible. En este tipo de parto el bebé es masajeado delicadamente para poder estimular su llanto luego sería colocado sobre su vientre inmediatamente después de que hubiera nacido.
Cesárea: La cesárea es una forma de traer al bebé al mundo mediante una intervención quirúrgica. En principio, se realizaba como última opción en los casos que por distintas razones, las madres no pudieran tener un parto normal. Sin embargo en las últimas décadas se ha visto un aumento considerable de este tipo de operaciones de manera voluntaria.
La mayoría de la cesáreas voluntarias se realizan por miedo de las madres al trabajo de parto. La cesárea también se realiza por posibles complicaciones en el parto como por ejemplo:
- La preeclamsia que ponen en peligro la vida de la madre y el pequeño pudiendo ocasionar la muerte de uno de los dos o de ambos.
- Cuando el bebé es demasiado grande y la madre tiene una pelvis muy pequeña lo que podría impedir el paso del bebé por el canal del parto y ocasionar desgarre vaginal.
- Entres otras complicaciones que llevarían a realizar una cesárea de emergencia.
Debemos recordar que el tipo de parto que la madre escoja es una decisión de ella y debe ser respetada.