Esta chica es aún muy joven pero ya tomó una decisión la cual quizás crearía un conflicto interno inmenso en cualquier adulto. La historia que te vamos a contar es muy triste y devastadora.
Jenny Lake tiene 17 años y es una adolescente como todas las demás, asiste a un instituto ubicado en un pequeño pueblo llamado Pocatello en Idaho Estados Unidos. Hace muy poco tiempo se a hecho muy buena amiga de un chico llamado Jason.
Últimamente Jenny está sufriendo de muchos dolores de cabeza, después de varios día con dolores intensos, decide ir al médico. En la revisión y los estudios que le han realizado en el hospital encuentran un gran objeto dentro de su cerebro de unos 2 cm de diámetro. Y el doctor le comunica a ella y su familia el terrible diagnóstico… Cáncer!
Para Jenny poder sobrevivir tiene que recibir un tratamiento a base de quimioterapias. Para ella, su familia y su gran amigo Jason la noticia del cáncer es un tremendo shock. Sin embargo, todos están con ella y la apoyan con mucha valentía.
Aparte del diagnóstico del cáncer, Jenny también recibe otra noticia que quizás en otras circunstancia hubiera sido maravillosa: Está esperando un bebé.
Aunque Jenny está muy contenta por lo de su embarazo, también está muy triste y preocupada por lo de su enfermedad, ahora mismo se encuentra en medio de la “espada y la pared” ya que tiene que tomar la decisión más difícil de su vida.
Como dijimos antes, para Jenny poder sobrevivir necesita las quimioterapias, pero si se somete al tratamiento su bebé morirá y si no recibe el tratamiento entonces es ella quién va a morir. Es una decisión que supondrá la vida o la muerte.
Jenny ha tomado su decisión: “Dejaré de recibir las quimioterapias y voy a tener a mi bebé”. Después de varios meses (a las 38 semanas de embarazo), ella da a luz a un pequeño niño el cual nombró Chad Michael. Sin embargo, Jenny sabe que le queda poco tiempo de vida. Cuando Chad nace, Jenny agarra la mano de la matrona y le susurra: “Lo he hecho, he cumplido mi deber”.
Una semana después a Jenny le dan el alta y se va con su pequeño a casa, todo lo que quiere es estar con él y aprovechar cada segundo de vida para disfrutar a su bebé.
A los doces días de vida del pequeño, mientras Jenny sostiene a su hijo en brazos, ella muere.
Su amor de madre era tan grande que sacrificó su vida por la de su pequeño. El amor de madre es un sentimiento indescriptible el cual nace desde el primer día que una mujer sabe que lleva vida en su vientre.
Chad ahora tiene un ángel en el cielo, su amor siempre lo acompañará donde quiera que él vaya. A pesar de la corta edad de Jenny, ella fue muy valiente. Esta es una historia muy conmovedora. Comparte la historia de Jenny y su amor infinito pos su pequeño.