Siempre hay una primera vez para todo: para ir a la escuela, nuestro primer novio, cuando hacemos el amor por primera vez, ser madre etc. Para todo hay una primera vez; y como es la primera vez, se supone que no tenemos experiencia y debemos aprender en el camino.
Cuando tuve a mi primer hijo hace 19 años, recuerdo que un día una madre de 5 hijos “experimentada” me dio un consejo: “Mira no acostumbres a tu bebé a estar en brazos porque le vas hacer un daño con eso” Solo cárgalo para lo esencial: cuando necesite comer, cambiarle el pañal o algo que sea necesario.
Según ella, cargar a los niños los convierte en personas inseguras y dependientes. Me dijo; si acostumbras a tu hijo a estar cargado él va a sufrir mucho cuando tengas que dejarlo en una guardería o al cuidado de otras personas. En ese tiempo yo era una madre primeriza “mi primer hijo” así que me asusté mucho y no lo pensé más de una vez para hacer caso a su consejo.
Yo vivía sola con mi esposo, él casi no podía ayudarme porque trabajaba mucho, tampoco tenía el apoyo de mi familia, porque miles de kilómetros nos separaban. Sin embargo, no podía ver a mi pedacito de cielo llorando, mi pequeño milagro el cual fue tan deseado, la luz de mis ojos, tan frágil e inocente, quien se comunicaba conmigo a través de sus llantos, mi instinto de madre no me permitía dejarlo llorar, se me rompía el corazón, así que ignoré por completo ese consejo y cargaba a mi bebé cada vez cuanto pude.
No esperaba a que llorara para cargarlo, no esperaba a que estuviera hambre para cargarlo; sin importar si lloraba o sonreía lo tomaba en mis brazos. Lo cargaba y lo disfrutaba cada segundo, lo ponía en mi pecho y me di cuenta que no había otra cosas más efectiva que esa para calmarlo, de inmediato dejaba de llorar. Estar en contacto piel con piel y escuchando los latidos de mi corazón era como magia para él… “Debe ser porque él es el único que sabía como sonaba desde adentro”.
Se han realizado muchos estudios que revelan que cargar a nuestros bebés tiene sus beneficios para ellos:
- Es la mejor incubadora para nuestro pequeños, ese contacto piel con piel es maravilloso y los beneficios son infinitos.
- Se reduce la actividad del sistema nervioso.
- La frecuencia cardíaca disminuye por lo que el bebé se tranquiliza.
- Los bebés prefieren el calor de los brazos de mamá, se sienten seguros y protegidos.
Algunos de estos estudios se han publicado en la revista Current Biology. Me siento bien conmigo misma, de haber seguido mi instinto maternal. Cómo madre vas a ir aprendiendo poco a poco a reconocer porque tu bebé llora, te aconsejo que aprendas a identificarlos para que estés mejor orientada y sepas como actuar cuando el bebé llore y quiera estar en tus brazos.
Yo lo cargué y cada vez que me preguntan si es malo cargar mucho al bebé, le digo que no! Siempre recomiendo cargar al bebé y atender sus llantos.
Y tú ¿Eres de la que cargas mucho a tu bebé o prefieres dejarlo en su cuna o el piso para no mal acostumbrarlo? ¿Qué te han aconsejado otras mamis “experimentadas” sobre el tema?
Cuéntame! Recuerda que de tus experiencias pueden aprender todas!