El parto podría detenerse en cualquier momento y pasar de un proceso normal a un proceso patológico, a veces de forma previsible, y otras veces no.
Las causas por la que esto puede ocurrir son múltiples: falta de contracciones, un bebé muy grande y no cabe por el canal de parto de la madre, pujos maternos débiles o poco eficaces, posiciones anormales de la cabecita del bebé durante el parto.
A parte de estas causas mencionadas también puede ocurrir por una situación estresante para la madre, la ansiedad ante el dolor, o simplemente el miedo, también puede afectar el ambiente hospitalario o la preocupación por el bienestar de su bebé pueden interferir en los mecanismo del parto y retrasarlo o pararlo por completo.
Cuando estamos en una situación que nos provoca ansiedad o tensión, sin importar cual sea la razón, nuestro organismo segrega una gran cantidad de adrenalina, que es una sustancia que entre otro muchos efectos, puede detener el proceso del parto, impidiendo la acción de la oxitocina.
Si se detiene el parto ¿Qué harán los médicos?
Cada caso es diferente, lo que significa que las medidas que se van a tomar dependerán mucho de la causa y en el momento que ocurra. Al igual que si el parto se detiene por completo o solo se enlentece.
1- Si se detiene en la primera fase del parto (fase latente) su médico va a esperar. En la fase latente el cuello del útero o cérvix se ablanda, adelgaza y modifica su posición para facilitar la salida del pequeño hasta que tengas unos 3 cm de dilatación. (Lo que quiere decir que el parto está instaurado). Esto puede durar algunos días, y puede ser muy molesto para la embarazada, porque las contracciones aparecen muy frecuentes, la madre no puede descansar debido a la incomodidad y el dolor y la tripa pesa mucho.
Pero esto es un proceso fisiológico en el que no se puede intervenir, a menos que esté indicada una inducción médica del parto. Lo más conveniente es esperar a que la naturaleza actúe y el parto comience de forma natural o espontánea.
2- Si esto pasa durante la face activa (en la que hay una dilatación de la cérvix de 3-10 cm), se debe buscar un equilibrio. Por lo general. es importante tener paciencia y dar a cada embarazada el tiempo que su cuerpo necesite para que actúe de forma natural.
Cuando una mujer es primeriza los la duración media de los partos es de ocho horas. En los embarazos posteriores, la media es de 5 horas, aunque cada mujer es diferente y esto puede variar. En los hospitales tratan de que esta fase no se prolongue más de 12 horas porque puede ser peligroso para la mujer y su bebé, sobre todo si la mujer a roto aguas o si le han aplicado la epidural.
En esos casos los médicos le van administrar oxitocina intravenosa en pequeñas cantidades para que la dilatación avance y las contracciones no se paren. Si después de intentar todo esto la dilatación no avanza, se recurre a una cesárea para terminar el embarazo lo antes posible y que tanto madre e hijo no corran riesgo de salud.
3- Si esto ocurre durante el periodo expulsivo, hay que valorar si el bebé está bien colocado para poder nacer a través de la vagina, si el feto cabe por la pelvis de la madre, si las contracciones son suficientes y si los pujos de la madre son eficaces. Si todo lo mencionado está bien y el bebé no corre ningún tipo de riesgo, se puede esperar. De lo contrario, su médico va a recurrir a un parto instrumental o a una cesárea.
Por último, si la salida de la placenta presenta alguna dificultad y pasado el tiempo prudencial no se produce, el médico tendrá que hacer una extracción manual, porque si se retrasa mucho puede que se produzca una hemorragia lo que podría ser muy peligroso.