Sabemos que ser mamá no viene con un libro de instrucciones que nos diga paso por paso que hacer con nuestros hijos, y mucho menos que nos enseñe como ser una buena madre. Pero desde que sabemos que estamos embarazada comenzamos a preguntarnos cómo será el bebé y nos ponemos a pensar como seremos en el rol de madres.
Hay muchas madres que son muy aplicadas, que leen todos los libros, revista, información en internet que pueda existir sobre la crianza de los hijos y suele seguir los consejos al pie de la letra, desde como hacerle rutinas de sueños hasta todos los horarios que deberían tener.
Pero la realidad de todo esto es, que el tipo de mamá que seremos está directamente relacionado con nuestras propias experiencias, de cómo fue nuestra niñez, de como fueron nuestros padres con nosotras y del tipo de vínculo que se creó durante nuestra crianza.
Esto no significa que debemos enfocarnos en un mismo perfil, ya que es algo determinado y sin retornos, cada madre es diferente y lo único importante es el amor que cada madre le da a su bebé sin importar como lo haga.
Madre controladora está obsesionada por controlar todo, y se agota ella y también a todos los demás. Quiere solucionarlo todo incluso cuando los hijos deben tomar las decisiones por si mismo, la manera de mostrar su amor es a través de la sobreprotección.
Esta mamá tiene que aprender a dejar de controlar y a respetar la privacidad de sus hijos, permitirles elegir a ellos en vez de querer hacerlo todo ella. Debe darle espacio para que se desarrollen y puedan establecer tratos basados en la confianza mutua, en los que madre e hijo cedan un poco cada uno.
Madre aprehensiva esta madre es una mujer que quiere tener todo perfecto, le gusta lavar, desinfectar cada juguete o cosa que llega a las manos de su bebé. Son madres muy estructuradas que no permiten cambios en la rutinas que han elaborado para el día a día de su bebé. Son madres demasiado sobre protectoras y creen que todo lo que rodea a su hijo representa un potencial peligro por lo que límitan al bebé a explorar su ambiente.
Cuando las madres son así los niños suelen ser muy tímidos e inseguros, porque su figura de apego con la madre le hace creer que todo a su alrededor es peligroso, cada vez que este ha intentado aventurar o explorar algo se ha visto limitado por las alas protectoras de su madre. Estos niños se pueden enfermar con facilidad porque al no permitirle explorar o poder coger un juguete del piso sin antes lavarlo, al tener todo desinfectado el niño no puede generar las defensas necesarias para enfrentar las bacterias que existen en cualquier lugar.
Madre perfeccionista queremos lo mejor para nuestros hijos, pero ese afán cuando es excesivo, puede conducir al fracaso o la decepción ¿Es necesario que los hijos sean perfectos, que lo hagan todo bien? Debemos ayudar y a estimular a nuestros hijos a vencer sus dificultades. Lo malo es cuando le queremos exigir demasiado o empezamos a compararlos con otros niños de su edad, diciéndoles tu amiguito hace esto y tu no,”ya deberías saber hacerlo”.
Debemos aceptar a nuestros hijos como son y dejar que corran a su propio ritmo, pero nosotras queremos que nuestros hijos sean perfectos queremos que hagan las cosas como nosotras deseamos; pero no es así debemos respetar sus habilidades y limitaciones, tomando cada logro como un motivo de celebración y cada fracaso como una oportunidad para aprender hacer las cosas de una manera diferente.
Madre descuidada esta madre es muy particular, atiende las necesidades de su bebé cuando quiere, no genera las rutinas necesarias que requiere el bebé, lo que quiero decir es que ella no tiene horarios para que el pequeño pueda comer, dormir o cambiarle el pañal siendo un fracaso puesto que el niño ”decide” que hacer y cuando hacerlo, se vuelve amo y señor de todo.
Probablemente esta madre siempre se verá cansada y agobiada por las demandas que le genera el pequeño, como regular horarios y hacer rutinas que le permitan al bebé sentirse más seguro. Pero ella no lo ve de esa forma porque simplemente no le importa.
Estos niños suelen ser muy traviesos y tienen poco respeto por los demás. Puesto que no tiene límites ni el cuidado que necesita, le han dado a entender que puede hacer lo que quiere cuando quiera. Son niños aparentemente independientes pero muy inseguros debido a la falta de cuidados y a la falta de límites que su figura de apego no le han dado. Muchas de las conductas de estos niños son un grito de atención a estos papitos tan permisivos.
Madre que se apropia para esta mamá todo lo que le sucede a sus hijos es de ella, no existe para ella límite entre si misma y sus hijos y le cuesta reconocer que su pequeño es otra persona. Para los niños esto puede ser muy perturbador porque cuando nos apropiamos de lo que le sucede a nuestros hijos estamos robándoles su derecho a sentir sus propias emociones. Esta madre tiene que hacer un esfuerzo y ser consciente de que no podemos evitar que nuestros hijos sufran ni se equivoquen.
Madre asertiva esta madre le permite hacer lo que es necesario en el momento preciso, no se complica con nada, el bebé tiene sus horarios y rutinas muy bien definidas pero al mismo tiempo es flexible. Esta madre no se complica con las rutinas del bebé puesto que la rutina de su hijo es parte de la suya y hace ambas tareas sin problemas. Esta madre le dará los espacios a su bebé para que explore y conozca su ambiente, sin dejar de supervisarlo, generándole confianza y un fuerte vínculo, con esto permitirá que el pequeño crezca seguro y confiado plenamente en sus figuras de apego.
Estos niños suelen ser muy independientes, seguros de si mismo y con una autoestima muy fuerte.